En el tema anterior estudiamos que Dios en su amor por la humanidad se ha revelado y ofrece la salvación al hombre, para que éste, encuentre en El la realización plena.
Ahora estudiaremos que esa revelación es plena en Jesucristo, revelación del Padre.
El papa Benedicto en audiencia general del 16 de enero de 2013, nos enseña lo siguiente:
... La Revelación de Dios alcanza su cumbre, su plenitud. En Jesús de Nazaret, Dios visita realmente a su pueblo, visita a la humanidad de un modo que va más allá de toda espera: envía a su Hijo Unigénito; Dios mismo se hace hombre. Jesús no nos dice algo sobre Dios, no habla simplemente del Padre, sino que es revelación de Dios, porque es Dios, y nos revela de este modo el rostro de Dios. San Juan, en el Prólogo de su Evangelio, escribe: «A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado» (Jn 1, 18).
En Jesús también la mediación entre Dios y el hombre encuentra su plenitud. En el Antiguo Testamento hay una multitud de figuras que desempeñaron esta función, en especial Moisés, el liberador, el guía, el «mediador» de la alianza, como lo define también el Nuevo Testamento (cf. Gal 3, 19; Hch 7, 35; Jn 1, 17). Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, no es simplemente uno de los mediadores entre Dios y el hombre, sino que es «el mediador» de la nueva y eterna alianza (cf. Hb 8, 6; 9, 15; 12, 24); «Dios es uno —dice Pablo—, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús» (1 Tm 2, 5; cf. Gal 3, 19-20). En Él vemos y encontramos al Padre; en Él podemos invocar a Dios con el nombre de «Abbà, Padre»; en Él se nos dona la salvación.
El deseo de conocer realmente a Dios, es decir, de ver el rostro de Dios es innato en cada hombre, también en los ateos. Y nosotros tenemos, tal vez inconscientemente, este deseo de ver sencillamente quién es Él, qué cosa es, quién es para nosotros. Pero este deseo se realiza siguiendo a Cristo; así vemos su espalda y vemos en definitiva también a Dios como amigo, su rostro en el rostro de Cristo. Lo importante es que sigamos a Cristo no sólo en el momento en que tenemos necesidad y cuando encontramos un espacio en nuestras ocupaciones cotidianas, sino con nuestra vida en cuanto tal. Toda nuestra existencia debe estar orientada hacia el encuentro con Jesucristo, al amor hacia Él; y, en ella, debe tener también un lugar central el amor al prójimo, ese amor que, a la luz del Crucificado, nos hace reconocer el rostro de Jesús en el pobre, en el débil, en el que sufre. Esto sólo es posible si el rostro auténtico de Jesús ha llegado a ser familiar para nosotros en la escucha de su Palabra, al dialogar interiormente, al entrar en esta Palabra de tal manera que realmente lo encontremos, y, naturalmente, en el Misterio de la Eucaristía. En el Evangelio de san Lucas es significativo el pasaje de los dos discípulos de Emaús, que reconocen a Jesús al partir el pan, pero preparados por el camino hecho con Él, preparados por la invitación que le hicieron de permanecer con ellos, preparados por el diálogo que hizo arder su corazón; así, al final, ven a Jesús. También para nosotros la Eucaristía es la gran escuela en la que aprendemos a ver el rostro de Dios, entramos en relación íntima con Él; y aprendemos, al mismo tiempo, a dirigir la mirada hacia el momento final de la historia, cuando Él nos saciará con la luz de su rostro. Sobre la tierra caminamos hacia esta plenitud, en la espera gozosa de que se realice realmente el reino de Dios.
esto nos deja ver que a Dios nadie lo ve pero el siempre habla con el padre para interceder por nosotros y así el no solo habla con el padre si no que el es la revelación de Dios el nos da a conocer el rostro de Dios el es el mediador por todos nosotros en el encontramos al padre y lo importante no es verlo si no el seguir a cristo.
ResponderEliminarFernando Barillas#5. 3° técnico A
ResponderEliminarNos habla de que Dios es un misterio, el.misterio de fe más grande que existe, ya que sólo podemos saber que existe por medio de la fe y mediante nosotros crecemos nuestra fe va madurando.
Dios con el tiempo se revelado al mundo de distintas maneras, por medio de los patriarcas, Moisés, quien fue encargado de guiar a su pueblo hacía la tierra prometida, por medio de Josué, de los profetas quienes anunciaban la llegada del Mesías, pero hoy a nosotros no habla por medio de Cristo, como Hebreos Cap. 1, Ver. 2 nos dice que en estos días que son los últimos nos habla por medio de su hijo, el cuál nos ha revelado todo y es la fe la cual nosotros tenemos que seguir alimentando día con día, ya que el dice que todo el que en Él creo, tenga vida eterna.
Nelson Rodrigo Mármol Pérez #22 Tercer Año Técnico.
ResponderEliminarNos habla en el video sobre la historia de Dios que desde tiempos antiguos se ha vuelto un misterio.
En las cartas definitivas Dios , nos ha hablado ofreciendo siempre una nueva oportunidad, y para conocer el misterio de Dios debemos acercarnos a Cristo el cual es el revelador del misterio de Dios.
RICARDO ALEXANDER DELA O MUÑOZ #10 TERCER AÑO DE BACHILLERATO.
ResponderEliminaresto trata de como Dios nuestro Señor a mandado a su hijo ungenito para que exista una mediación entre el hombre y el mismo al igual de que todos quisieramos y queremos ver su rostro también debemos de buscarlo siempre no solamente en los momentos de necesidad no tenemos que alabar nada mas por que el es un Dios celoso y misericordioso.
Andrea Marcela Medina López 1° técnico
ResponderEliminarEsta enseñanza de Dios que Dios existe pero no lo podemos ver sentir ni hablar tan siquiera frente a frente con el si yo creo en Dios es por los milagros que el ha hecho en mi familia por la vida que día a día el me regala nosotros creemos en Dios confiamos en el porque sabemos que lo llevamos en nuestro corazón y que el nos ayuda a vivir .
#7.
ResponderEliminarTercero Técnico"A"
Esto nos deja una misión muy contundente ya que nos dice que toda nuestra existencia debe estar orientada hacia el encuentro con Jesucristo, al amor hacia él; y, en ella, debe tener también un lugar central el amor al prójimo, ese amor que, a la luz del Crucificado, nos hace reconocer el rostro de Jesús.
También nos recuerda que para nosotros la Eucaristía es la gran escuela en la que aprendemos a ver el rostro de Dios, y en ese momento entramos en relación íntima con Él.
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ResponderEliminarroger antonio merlos mejia Nº25 tercero tecnico
ResponderEliminarnos enseña sobre la existencia de Dios pero el es como la fe sabemos que esta hai por no lo podemos ver y todo en contacto que hacemos con el es por medio de la oración y los milagros que el ha hecho en la vida de las personas pero el ha hecho un cambio en mi vida en personal por que se que el "VIVE" y me apoya y fortalece.